¿Qué es la VFC?
La VFC es simplemente una medida de la variación en el tiempo entre cada latido del corazón. Esta variación está controlada por una parte primitiva del sistema nervioso denominada sistema nervioso autónomo (SNA). Funciona entre bastidores, regulando automáticamente nuestra frecuencia cardiaca, presión sanguínea, respiración y digestión, entre otras tareas clave. El SNA se subdivide en dos grandes componentes: el sistema nervioso simpático y el parasimpático, también conocidos como mecanismo de lucha o huida y respuesta de relajación.
El cerebro procesa constantemente información en una región llamada hipotálamo. El SNA envía señales al hipotálamo, que a su vez ordena al resto del cuerpo que estimule o relaje distintas funciones. Responde no sólo a una mala noche de sueño o a esa agria interacción con tu jefe, sino también a la emocionante noticia de que te has prometido o a esa deliciosa comida sana que has almorzado. Nuestro cuerpo maneja todo tipo de estímulos y la vida sigue. Sin embargo, si tenemos instigadores persistentes como el estrés, la falta de sueño, una dieta poco saludable, relaciones disfuncionales, aislamiento o soledad, y falta de ejercicio, este equilibrio puede verse alterado, y su respuesta de lucha o huida puede entrar en sobremarcha.
La VFC puede ser una forma no invasiva de detectar desequilibrios en el sistema nervioso autónomo. Según los datos recogidos de muchas personas, si el sistema se encuentra en un estado de lucha o huida, la variación entre latidos posteriores tiende a ser menor. Si el sistema se encuentra en un estado más relajado, la variación entre latidos puede ser mayor.
Esto sugiere algunas posibilidades interesantes. Las personas que tienen una VFC alta pueden tener una mayor aptitud cardiovascular y ser más resistentes al estrés. La VFC también puede proporcionar información personal sobre su estilo de vida y ayudar a motivar a aquellos que están considerando dar pasos hacia una vida más saludable. Es posible que observes una conexión con los cambios en la VFC a medida que incorporas a tu vida más atención plena, meditación, sueño y, sobre todo, actividad física. Para los amantes de los datos y los números, ésta podría ser una forma de hacer un seguimiento de cómo reacciona su sistema nervioso no sólo al entorno, sino también a sus emociones, pensamientos y sentimientos.
Lo esencial
Existen dudas sobre la precisión, fiabilidad y utilidad general del seguimiento de la VFC. Aunque la VFC se ha relacionado con la forma física general, la correlación entre los cambios en la VFC y el funcionamiento de su sistema nervioso autónomo requerirá mucha más investigación. Aún así, si decides utilizar la VFC como otro dato de salud, no te confíes demasiado si tienes una VFC alta, ni te preocupes demasiado si tu VFC es baja. Piensa en la VFC como otra forma de saber cómo responden tu cuerpo y tu mente a tus experiencias diarias.
Adaptado de un Blog de salud de Harvard post por Marcelo Campos, MD